Adhesión voluntaria al Protocolo Agroambiental, que busca reconocer algunos de los principales puntos de reducción de impactos de la cultura de la caña, como:

→ Anticipación de los plazos de eliminación de la quema del bagazo de la caña;

→ Protección de los remanescentes forestales de las nacientes y del bosque ribereño;

→ Control de las erosiones y mejores prácticas de uso del suelo;

→ Gerenciamiento adecuado de los embalajes de agrotóxicos y reducción del consumo de agua en la etapa industrial.

Conservación de las áreas de Reserva Legal y Preservación Permanente (APP) protegidas por vegetación. Su función ambiental es preservar los recursos hídricos, el paisaje, la biodiversidad y facilitar la migración de la fauna y la flora, resguardando las características del suelo y asegurando el bienestar de las poblaciones. Es por esto que todas las unidades mantienen el control de sus aguas residuales sustentadas por las legislaciones vigentes.